Antonio Rüdiger vuelve a ponerse a tiro del Real Madrid. El central alemán, que acaba contrato en junio con el Chelsea y sigue con sus negociaciones para renovar congeladas, se ha ofrecido a varios grandes clubes europeos pero su primera elección sería el club blanco.
Sin embargo, en las oficinas de Valdebebas surgen dudas sobre su fichaje por sus elevadas pretensiones económicas que podrían alterar el ecosistema del vestuario. Nadie en el Real Madrid duda de la calidad de Rüdiger ni de la rentabilidad de un fichaje a coste cero similar al de Alaba el pasado verano, pero las cuentas para pagarle los casi 9 millones de euros netos que pide no terminan de cuadrar.
A favor del fichaje de Rüdiger está la postura de Ancelotti, que pidió un central como fichaje prioritario en la reunión que mantuvo con el presidente, Florentino Pérez, precisamente después del partido de vuelta ante el Chelsea en el que el alemán marcó en el Bernabéu.
El aval de Carletto
A Carletto le encanta Rüdiger al que valora por su jerarquía, por su contundencia, por su físico imponente y por su polivalencia, ya que puede jugar tanto de central como de lateral. Cree que sería un fichaje perfecto que daría un enorme salto de calidad a la defensa del Real Madrid y que le permitiría incluso jugar con defensa de tres centrales (Militao, Rüdiger y Alaba) o incluso pasar a Alaba a la posición de lateral izquierdo en la que se convirtió en leyenda en el Bayern.
En contra del fichaje de Rüdiger no hay cuestión deportiva alguna, pero sí económicas. Con la llegada de Mbappé, la masa salarial del Real Madrid se va a disparar, ya que el francés tendrá un salario algo superior a los 30 millones netos por temporada, a lo que hay que unir las renovaciones pendientes al alza de Militao y Vinicius. Si el club blanco acepta las pretensiones del central del Chelsea, su sueldo se iría en torno a los 9 millones netos por temporada, una cifra superior incluso a la que gana Alaba, el líder indiscutible de la defensa.
Esa suerte de agravio comparativo entre el salario de Rüdiger y el de algunos de sus compañeros con rol de titularísimos es el que hace dudar al Real Madrid de si podría llegar a alterarse el ecosistema de un vestuario sano y unido que se ha revelado como una de las claves para el extraordinario rendimiento del equipo de Ancelotti esta temporada.